Las macrogranjas

Las macrogranjas: infierno para animales y lastre para el planeta

Las macrogranjas se han convertido en actualidad tras unas declaraciones en “The Guardian” del ministro de Consumo, Alberto Garzón en las que denuncia que estas contaminan el suelo, el agua y luego exportan esta carne de mala calidad de estos animales maltratados. Esto ha abierto un debate sobre la vida de los animales que son explotados en estas granjas intensivas o industriales.

AnimaNaturalis ha recogido imágenes de las lamentables condiciones en las que malviven los animales en las macrogranjas y ofrece datos muy ilustrativos al respecto. “El 84% de las 86.641 granjas censadas en España utilizan sistemas intensivos, y están creciendo cada año. De los 43 millones de gallinas ponedoras que viven en territorio español, solo el 7% son de cría alternativa, el resto vive en jaulas. Y en la producción de leche, la media de vacas por granja casi se ha duplicado en los últimos nueve años. En Soria existe una lechería con 20.000 vacas, la más grande de Europa”, recoge la organización en la página web granjas.org desde de la cual ha iniciado una recogida de firmas.

Las macrogranjas: iniciativas que propone Proveg España

Mientras la organización por la conciencia alimentaria Proveg España espera que estas declaraciones de Garzón sobre las macrogranjas sean una invitación a escuchar sus iniciativas de ONG para reducir la producción y consumo de productos animales. Asimismo confía en que no solo el Ministerio de Consumo trabaje en una transición alimentaria, sino también el MAPA, y que en un futuro próximo esta forme parte de las agendas políticas climáticas y sanitarias.

Proveg tiene claro cuáles serían las medidas para lograr una reducción de los productos de origen animal.

1. Poner fin a las subvenciones de las campañas de promoción de consumo de carne y lácteos. Campañas como #LetsTalkAboutPork o #HazteVaquero, se han llevado millones de euros para promover el consumo de carne roja y procesada que ya se consumen por encima de las recomendaciones sanitarias.

2. Impuesto de carbono. Un IVA que refleje el impacto medioambiental de cada producto. A mayor huella, mayor IVA. Así, habría que reducir el IVA de alternativas vegetales y subir el de carne y lácteos de origen animal.

3. Mejora de las guías nutricionales. Estas deben de reflejar el concepto de “dieta planetaria” y priorizar el consumo de proteína vegetal frente a la animal. Un ejemplo a seguir sería la guía alimentaria de Canadá. Se debe defender que las dietas vegetales son 100% saludables.

4. Las instituciones públicas deben reflejar el compromiso de reducción de consumo de carne. Opciones plant-based en todos los comedores de instituciones públicas, reducción de la cantidad de carne servida, menús plant-based por defecto en los eventos oficiales para predicar con el ejemplo, etc.

5. Etiquetado que ayude a las personas a elegir opciones más sostenibles y saludables. Un etiquetado que refleje el impacto medioambiental de la producción de cada alimento (eco-score).

Las macrogranjas

Las macrogranjas: datos recogidos por AnimaNaturalis y PACMA

Mientras AnimaNaturalis nos recuerda que en España viven más cerdos que personas. Las cifras oficiales de 2018 del Ministerio de Agricultura contabilizan 52,4 millones el número de animales llevados al matadero ese año. Además recoge que según un informe del Centro Nacional de Información Biotecnológica (NCBI), alrededor del 40% de los antibióticos producidos en el mundo se usan como aditivos para piensos animales.

España es el país de la Unión Europea donde más antibióticos se usan en la cría de ganado, 402 miligramos por cada kilo de carne producido, una cantidad cuatro veces superior a la empleada en Alemania y casi seis veces mayor a la de Francia.

Asimismo remarca que el 60% del total de las enfermedades y 75% de todas las enfermedades infecciosas emergentes son zoonóticas -es decir que salta la barrera de la especie y pasa a los seres humanos. La mayoría de estos provienen de la industria de la carne, incluidos pollos, vacas y cerdos y resalta que al menos 2,2 millones de personas mueren cada año de enfermedades zoonóticas en el mundo.

Mientras que el Partido Animalista – PACMA señala que “en ese último año, se sacrificaron en España más de 910 millones de animales para consumo humano, lo que supone 1.700 animales cada minuto y más que toda la población de la Unión Europea” y añade: “La producción total de carne aumentó un 16,2% entre 2016 y 2020 en nuestro país. Paralelamente, la Comisión Europea ha señalado a la ganadería como la principal responsable de la contaminación del agua ya que es responsable del 81% de la aportación del nitrógeno agrícola a los sistemas acuáticos”.

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Fotos | AnimaNaturalis – Aitor Garmendia

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